...ya lo dije en su momento, pero nunca está de más recordarme y verme o no cuando miro a un espejo y saber si puedo reconocerme en él.
Me pongo la corbata, haciendome un nudo perfecto. La chaqueta me la ajusto bien, me miro al espejo y digo: "ese eres tu".
Saco un papel con mi discurso, abro bien los ojos y casi lo recito como un padre nuestro. Digo lo que me parece bien, lo que me parece mal, lo que deberian hacer, me quejo de todo, doy pocas soluciones (ninguna) y sonrío cuando termino de recitarlo. Pliego el papel y me lo guardo de nuevo. Pero cuando doy el primer paso para que no me vea el espejo, camino, tropiezo, la corbata se me arruga, la chaqueta se me llena de polvo y casi no puedo levantarme.
Ahí es donde cojo el discurso, lo rompo y procuro no entrar a ninguna Iglesia para que nadie me señale con el dedo al grito de: ¡¡Hereje!!.
Ahí y solo ahí es donde clamo a los cuatro vientos que no soy recomendable, que es mejor no prometer nada y que si alguna vez tengo la intencion de hablar delante de un espejo, solamente diré: "Ese eres Tu y eso es lo que hay".
Me pongo la corbata, haciendome un nudo perfecto. La chaqueta me la ajusto bien, me miro al espejo y digo: "ese eres tu".
Saco un papel con mi discurso, abro bien los ojos y casi lo recito como un padre nuestro. Digo lo que me parece bien, lo que me parece mal, lo que deberian hacer, me quejo de todo, doy pocas soluciones (ninguna) y sonrío cuando termino de recitarlo. Pliego el papel y me lo guardo de nuevo. Pero cuando doy el primer paso para que no me vea el espejo, camino, tropiezo, la corbata se me arruga, la chaqueta se me llena de polvo y casi no puedo levantarme.
Ahí es donde cojo el discurso, lo rompo y procuro no entrar a ninguna Iglesia para que nadie me señale con el dedo al grito de: ¡¡Hereje!!.
Ahí y solo ahí es donde clamo a los cuatro vientos que no soy recomendable, que es mejor no prometer nada y que si alguna vez tengo la intencion de hablar delante de un espejo, solamente diré: "Ese eres Tu y eso es lo que hay".