Bienvenidos.


Quiero darles la bienvenida a este nuevo lugar que se convertirá en otra ventana abierta a la Esperanza, en un refugio para los perseguidos y en una casa abandonada que, poco a poco, se irá habitando y dejando en cada habitación un perfume diferente, unas risas y, por qué no, alguna que otra lágrima.
Me temo que esta Nueva Casa se plagará de verdades y de susurros, asi que no teman contagiarse y disfruten de esta pequeña enfermedad, de esta pequeña locura.
Mi Bienvenida a los Poetas que un cierto día despertaron tras un embrutecedor letargo, para enfrentarse a la Jungla de las Mentiras y a los rayos de un Sol que casi no deja ver.
No niego la entrada a las Poetisas ni a las Mujeres porque, aquí, ya son Poesía.

martes, 27 de septiembre de 2011

Música de Color Azul Marino

Hay canciones que te hacen despertar. No de dulces sueños o terribles pesadillas, hay canciones que sólo cumplen la precisa función de acariciarte la cara con un guante blanco. Te desafían y te besan de la misma manera como diciendo "Ahora qué".
Pues eso, que ahora es cuando me descubro con diecimuchos años tumbado en una cama con la luz apagada a la hora regulada en la que las personas normales duermen. Ahí esta el muchacho con los ojos abiertos en la oscuridad y temiendo que se escuche demasiado ahi fuera, la poesía que Silvio le susurra al oído.
Y ahora me veo con ventialgo años, con la misma sensación. Descubriendo algo nuevo que ya conocía. De algo que sabes que está ahi, de esa melodia que tiene color; un color azul marino en medio de la penumbra. No me pregunten porqué, pero la musica tiene color. Al igual que la memoria y ese mismo escalofrío de siempre. El mismo que nunca he dejado de tener, que aun sabiendo que está, ya no reparas en él.

Vuelvo con Melodía, Color y Memoria; y no tengo la más minima intención de irme muy lejos, porque entre otras cosas, aquí siempre se está bien.

viernes, 10 de junio de 2011

Espectador

Hoy desperté queriendo hacer repaso de estos últimos años. La única manera que hay de hacerlo es salirse de uno mismo y sentarse a ver qué ha pasado conmigo, es como si durante un periodo corto de tiempo, fuese yo el espectador de mi propia función.

Esto mismo ya lo había hecho antes y siempre me veía tal y como creía. Haciendo el mismo papel, con la misma cara y en la misma parte del escenario. Tanto en el patio de butacas como en la parte mas lejana y alta de los palcos, se me podía ver. Pero esta vez no. Me senté esperando a que apareciera por la parte en la que suelo presentarme, pero no me veía. Alarmado di un rápido barrido visual a todo el escenario pero seguía sin verme, entonces me di cuenta de que esta vez aparecía en la otra parte del escenario, con ropa nueva, aspecto relajado y en vez de agachado, esperando mi turno, estaba de pie mirando al público. Mirándome a los ojos y esbozando una sonrisa complacida. Esa misma que uno se guarda para cuando la ocasión lo merece, pero cuando parece que es el momento le sale una sonrisa tan artificial que ni uno mismo se la cree. Pues esta vez era la ocasión, es la sonrisa que la ocasión merece.

Pero la cuestión es que estaba de pie, sonriendo y mirándome a los ojos. Al principio me asusté por no encontrarme en mi actual vida y casi me decía por dentro algo así como: “qué estoy haciendo con mi vida y hacía dónde voy si no soy capaz de reconocerme”, pero todo se esfumó cuando me vi de esa manera.

En otro sitio y erguido. Sonriente, feliz y satisfecho. La función paró durante un tiempo. El mismo que tardé en subirme de nuevo al escenario y ponerme en el sitio que me corresponde. Ya no sólo erguido y satisfecho, sino mirándote a los ojos y sonriendo para seguir haciéndote feliz, tanto como tu has hecho con este espectador que vuelve a escena para seguir con su vida. La que quiere seguir compartiendo contigo.



sábado, 21 de mayo de 2011

Democracia Real Ya!...Era Hora.

He visto el polvo del camino levantarse y las piedras de las calles apartarse. He visto pasos de hombres y mujeres que se asientan en tierra, uno tras otro con una firmeza que asusta a quien dirige el tráfico.

He escuchado voces nuevas con cierto metal eterno, que aunque tardío han llegado y en nuestras bocas, como siempre, bien halladas.

He notado cómo el pulso se acelera ante una estruendoso silencio de indignación. El pulso se desbocaba sin remedio, cuando el silencio moría en aplausos que aullaban retenidos en el pecho.

He visto caras de felicidad por dormir al raso de una noche granadina, en el suelo de una plaza que por testigo tiene Ayuntamiento.

He escuchado la palabra esperanza tantas veces que había perdido la esperanza en encontrarla de una vez. Ella está posada en los ojos de quienes habitan las Plazas y toman las calles. No hay banderas ni insignias, creo que se quedaron pequeñas ante semejante hazaña. Es momento de cambio, lo veo en las caras. La historia no ha terminado, sólo estaba dormida y ahora despierta en las Plazas.




lunes, 4 de abril de 2011

Títeres

Como ya dije en la anterior publicación, me gustan muy poco los títeres con o sin cabeza. Pero he descubierto algo mas, he descubierto que si los títeres tienen cabeza, sólo les sirve para ponerse un bonito o patético peinado de última moda, para nada más.

Según las R.A.E, un títere es un "Muñeco de pasta u otra materia que se mueve por medio de hilos u otro procedimiento", "Persona que se deja manejar por otra", " Persona que actúa ligeramente o sin fundamento". Con esas definiciones de la academia de la lengua tengo de sobra para afilar cuchillos.

Un títere es un muñeco o una persona que no tiene la suficiente personalidad como para moverse por sus propios intereses. Necesita de un superior que lo sepa manejar en función de los suyos propios. Es decir, un títere se mueve porque otro situado más arriba dice que mueva un pie delante de otro. Y ahí tienen vuestras mercedes a un imbécil andando.
Por lo tanto, al dejarse manejar por otro lo único que le otorgamos a ese otro es la capacidad de hacer mover a un idiota y no la facultad de profunda inteligencia. Puede que se trate de un imbécil menor, lo que pasa es que hay otros peores, esos son los títeres. Quienes los manejan pueden tener igual o mas complejos que su muñeco, lo que pasa es que un buen tonto tapa a otro con cara de inteligente.
Es pues una persona que se deja manejar y además actúa ligeramente, como un resorte que si dices A, ahí está el títere que dice B sin tener ni puta idea de si B va detrás de A o delante de X, Y o Z. Actúa pues, sin fundamento porque un títere ni lo tiene ni lo encontrará jamás. Y además actúa sin tener en cuenta la repercusión de sus palabras. Las suelta y ahi se apañen otros.

La última indicacíón que puedo daros es la posibilidad de poder identificarlos. No lo duden, un títere es capaz de mover un brazo, una mano que porta un puñal, asestarte heridas tan superficiales como sus pensamientos más profundos y cuando te das la vuelta te encuentras a un muñeco mirando al suelo. No mira a los ojos porque no tiene principios. Es a fin de cuentas un títere, un muñeco o un mierda.

viernes, 25 de febrero de 2011

Un momento, por favor...

Estaba poniéndose el Sol ya a esa hora, hacía un poco de fresco, pero de nuevo entré a esa tienda de segunda mano donde se encuentran libros que muchas librerías han decidido no vender porque "jarry poter" vende más. Es cierto que son mas baratos los de segunda mano, pero no es esa la razón por la cual entro a esa tienda, digamos que cuando un libro ya ha pasado por otras manos tiene impresas ya no sólo letras que han sido leídas por otros, sino que se siente la historia de quien lo ha leído, por como lo cuidaba e incluso por algunas frases subrayadas a lápiz. Yo iba buscando algo concreto y lo encontré.

Llevaba algún tiempo diciéndome cierto gran y buen amigo mio, que Juan Eslava Galán es un gran escritor y que no deja títere con cabeza. Este amigo mío que, últimamente, cuando pisa la calle se encuentra con nieve por encima del tobillo, me insistió en él y yo, como casi siempre, le volví a hacer caso y allá fui a comprar alguno de Eslava Galán que como no deja títere con cabeza y a mí me gustan muy poco los títeres con o sin cabeza, me decidí por "En busca del Unicornio."

Una vez adquirido me fui a la sección de discos y pregunté al dependiente qué tenía de Carlos Cano. El hombre, de mediana edad y de manera rápida me mostró dos y yo me decanté por uno que se titulaba "Grandes Canciones". El dependiente tuvo a bien en deponerlo en mi mano, pero cuando me disponía a llevármelo, algo lo dejó inmóvil con la mirada fija en el disco. No dejaba de mirar el título de las canciones, acercó su mirada hacia una de ellas y después me miró y me dijo. "Perdone, ¿me deja que ponga esta canción?, hace ya mucho tiempo que no la escucho" yo le dije que por supuesto, que cómo no; qué demonios, adelante, oiga.
El hombre se fue al tocadisco y mientras lo ponía le pregunté de que canción se trataba y me dijo que se llamaba Elisa. Ahí tuve dudas de si hablaba de la canción o de alguien que así se llamaba.

La puso y se quedó todo el tiempo mirando el disco, se trata de tres minutos largos y a veces cuando un desconocido te ha pedido permiso par entrar en sus recuerdos, te sientes como invitado a una casa donde no conoces a nadie. Yo disimulaba, mirando los libros de una estantería desvencijada que tenía en frente como si no oyera la letra y como si no atendiera a sus gestos. Pero bien sabe Marlon Brando que estaba muy pendiente, de todo.

Yo me sentía como quien está invitado a pasar dentro de una casa pero no dentro de los dormitorios. Su mirada era profunda, tenía una leve sonrisa que aparecía como desaparecía según el momento de la letra y su pecho disimulaba el medio suspiro. Estaría pensando en ella, en alguien que fue y ya no es. Quizá, en el momento que se declaró a ella y en el momento que se despidió para siempre. Se encontraba justo en el momento donde Carlos dice eso de "..me duele el Corazón..." y seguro que estaba pensando en la figura de Elisa o alguien parecido. Justo en ese momento, en que el recuerdo se acerca para besarte la frente, se escuchó un: "esciusmi jau mas cost this book..." el Dependiente se giró rápidamente hacia la guiri y le dijo: "Un momento, por favor" tenía la mirada desconcertada como quien despierta de un sueño profundo, como a veces es la memoria y los recuerdos de quien tiene para coleccionar. Yo decidí en ese momento no asomarme más a sus recuerdos porque ese era su momento y no el mio.

Terminó la canción, colocó el disco, lo cerró y me lo dio diciéndome mientras giraba la cabeza con complicidad: "Gracias eh". Yo le dije que de nada, le dí la mano y le dí la gracias yo a él. Salí de esa tienda con un libro de Eslava Galán, un Unicornio, un disco de Carlos Cano y con la sensación de haber conocido a una tal Elisa que no había visto antes y que no la vi en persona esa noche; solo supe de ella a través de los ojos de un Hombre que la recordó porque un muchacho apuesto decidió comprar cierto disco. "Tu te quedarás la herida, yo me llevaré la flor".


miércoles, 2 de febrero de 2011

Explicaciones a la Poesía

Compañera que arremetes contra el alma,
que se acomoda y hace habitable mis entrañas.
Compañera acurrucada en el pensamiento,
que dispara besos y alumbra el cielo.

Apareces con llama en las manos,
mi papel en blanco te espera ansioso,
y yo con mis manos ocupadas
dejo pasar otro dia más sin tí
por versar en su espalda.

Y soy yo quien aparezco y me marcho,
el no constante en mi escritura,
amante de la poesía que duerme poco con ella,
militante fiel que custodia su cintura,
el que intenta rimar sin dar con la tecla.

Pero prometo mentirte y decirte
que me esperes con las rimas abiertas,
que ya llegaré lo antes posible,
que hoy no duermo con ella
y si lo hago pensaré en tí, Poesía.

Cuando ella despierta me olvido de tí,
porque en su boca hay nuevos versos,
que ambos necesitamos,
para encontrarnos por fin.

Poesía, seguro que lo entenderás;
si nos vemos poco, no sufras;
que ando escribiendo versos
en la espalda de una Mujer.
Que nunca lo había hecho antes.
Poesía, entiéndeme.