Bienvenidos.


Quiero darles la bienvenida a este nuevo lugar que se convertirá en otra ventana abierta a la Esperanza, en un refugio para los perseguidos y en una casa abandonada que, poco a poco, se irá habitando y dejando en cada habitación un perfume diferente, unas risas y, por qué no, alguna que otra lágrima.
Me temo que esta Nueva Casa se plagará de verdades y de susurros, asi que no teman contagiarse y disfruten de esta pequeña enfermedad, de esta pequeña locura.
Mi Bienvenida a los Poetas que un cierto día despertaron tras un embrutecedor letargo, para enfrentarse a la Jungla de las Mentiras y a los rayos de un Sol que casi no deja ver.
No niego la entrada a las Poetisas ni a las Mujeres porque, aquí, ya son Poesía.

viernes, 25 de febrero de 2011

Un momento, por favor...

Estaba poniéndose el Sol ya a esa hora, hacía un poco de fresco, pero de nuevo entré a esa tienda de segunda mano donde se encuentran libros que muchas librerías han decidido no vender porque "jarry poter" vende más. Es cierto que son mas baratos los de segunda mano, pero no es esa la razón por la cual entro a esa tienda, digamos que cuando un libro ya ha pasado por otras manos tiene impresas ya no sólo letras que han sido leídas por otros, sino que se siente la historia de quien lo ha leído, por como lo cuidaba e incluso por algunas frases subrayadas a lápiz. Yo iba buscando algo concreto y lo encontré.

Llevaba algún tiempo diciéndome cierto gran y buen amigo mio, que Juan Eslava Galán es un gran escritor y que no deja títere con cabeza. Este amigo mío que, últimamente, cuando pisa la calle se encuentra con nieve por encima del tobillo, me insistió en él y yo, como casi siempre, le volví a hacer caso y allá fui a comprar alguno de Eslava Galán que como no deja títere con cabeza y a mí me gustan muy poco los títeres con o sin cabeza, me decidí por "En busca del Unicornio."

Una vez adquirido me fui a la sección de discos y pregunté al dependiente qué tenía de Carlos Cano. El hombre, de mediana edad y de manera rápida me mostró dos y yo me decanté por uno que se titulaba "Grandes Canciones". El dependiente tuvo a bien en deponerlo en mi mano, pero cuando me disponía a llevármelo, algo lo dejó inmóvil con la mirada fija en el disco. No dejaba de mirar el título de las canciones, acercó su mirada hacia una de ellas y después me miró y me dijo. "Perdone, ¿me deja que ponga esta canción?, hace ya mucho tiempo que no la escucho" yo le dije que por supuesto, que cómo no; qué demonios, adelante, oiga.
El hombre se fue al tocadisco y mientras lo ponía le pregunté de que canción se trataba y me dijo que se llamaba Elisa. Ahí tuve dudas de si hablaba de la canción o de alguien que así se llamaba.

La puso y se quedó todo el tiempo mirando el disco, se trata de tres minutos largos y a veces cuando un desconocido te ha pedido permiso par entrar en sus recuerdos, te sientes como invitado a una casa donde no conoces a nadie. Yo disimulaba, mirando los libros de una estantería desvencijada que tenía en frente como si no oyera la letra y como si no atendiera a sus gestos. Pero bien sabe Marlon Brando que estaba muy pendiente, de todo.

Yo me sentía como quien está invitado a pasar dentro de una casa pero no dentro de los dormitorios. Su mirada era profunda, tenía una leve sonrisa que aparecía como desaparecía según el momento de la letra y su pecho disimulaba el medio suspiro. Estaría pensando en ella, en alguien que fue y ya no es. Quizá, en el momento que se declaró a ella y en el momento que se despidió para siempre. Se encontraba justo en el momento donde Carlos dice eso de "..me duele el Corazón..." y seguro que estaba pensando en la figura de Elisa o alguien parecido. Justo en ese momento, en que el recuerdo se acerca para besarte la frente, se escuchó un: "esciusmi jau mas cost this book..." el Dependiente se giró rápidamente hacia la guiri y le dijo: "Un momento, por favor" tenía la mirada desconcertada como quien despierta de un sueño profundo, como a veces es la memoria y los recuerdos de quien tiene para coleccionar. Yo decidí en ese momento no asomarme más a sus recuerdos porque ese era su momento y no el mio.

Terminó la canción, colocó el disco, lo cerró y me lo dio diciéndome mientras giraba la cabeza con complicidad: "Gracias eh". Yo le dije que de nada, le dí la mano y le dí la gracias yo a él. Salí de esa tienda con un libro de Eslava Galán, un Unicornio, un disco de Carlos Cano y con la sensación de haber conocido a una tal Elisa que no había visto antes y que no la vi en persona esa noche; solo supe de ella a través de los ojos de un Hombre que la recordó porque un muchacho apuesto decidió comprar cierto disco. "Tu te quedarás la herida, yo me llevaré la flor".


miércoles, 2 de febrero de 2011

Explicaciones a la Poesía

Compañera que arremetes contra el alma,
que se acomoda y hace habitable mis entrañas.
Compañera acurrucada en el pensamiento,
que dispara besos y alumbra el cielo.

Apareces con llama en las manos,
mi papel en blanco te espera ansioso,
y yo con mis manos ocupadas
dejo pasar otro dia más sin tí
por versar en su espalda.

Y soy yo quien aparezco y me marcho,
el no constante en mi escritura,
amante de la poesía que duerme poco con ella,
militante fiel que custodia su cintura,
el que intenta rimar sin dar con la tecla.

Pero prometo mentirte y decirte
que me esperes con las rimas abiertas,
que ya llegaré lo antes posible,
que hoy no duermo con ella
y si lo hago pensaré en tí, Poesía.

Cuando ella despierta me olvido de tí,
porque en su boca hay nuevos versos,
que ambos necesitamos,
para encontrarnos por fin.

Poesía, seguro que lo entenderás;
si nos vemos poco, no sufras;
que ando escribiendo versos
en la espalda de una Mujer.
Que nunca lo había hecho antes.
Poesía, entiéndeme.